Soñé que todas las niñas sabían tocar música

Anoche tuve un sueño tan bonito que apenas me levanté, me senté a escribir esto. Creo que la única razón por la que lo estoy haciendo, es porque quiero que exista.

Soñé que me juntaba con un amigo y salíamos. Íbamos a ver a su hermana menor tocar en una banda de su colegio. Era una escuela de niñas y era el primer año en el que se organizaba un festival de música para todas. Los patios estaba llenos y también las listas de grupos participantes. Cada uno tenía un máximo de veinte minutos de presentación y todas las niñas del colegio estaban participando.

Durante horas desfilaban por el escenario. Algunas preparaban reversiones -pero de verdad- deconstruían melodías y aplicaban todo lo que les enseñaban sus profesores de música en el año. Otras, más valientes, mostraban sus propias canciones. Sabían cómo amplificarse, conocían los cables que necesitaban ocupar. También podían manejar sintetizadores y sus profesores eran los roadies que, durante toda la temporada escolar, les habían enseñado que ellas también podían saber ocupar instrumentos, hacer canciones y montar un pequeño concierto en vivo.

Este festival se daba dentro de un marco especial. Ese colegio, esos profesores, habían creado el Día de Las Niñas y La Música, para celebrar la participación de sus alumnas en esta área. No más flautas dulces, no más “aprende re-la-mi en guitarra”. No. Ellas tenían que aprender igual que los niños (en mi sueño, en los colegios mixtos y de niños, la clase de física se mezclaba con la de música y aprendían de sonido).

Desperté tan feliz (aunque siguieran existiendo los colegios para hombres y mujeres en mi sueño). Cuando estaba en la etapa intermedia entre sueño y vigilia hasta pensé “obvio, esto es verdad, obvio que así son los colegios”. Luego pasaron tres segundos, probablemente, y me di cuenta de que estaba soñando.

La razón por la que lo cuento, es porque necesito de sus comentarios. Necesito saber si alguno de ustedes conoce alguna organización que, en primer lugar, se esté planteando cambiar la educación musical en Chile y, segundo, si se incorpora la perspectiva de género. Este es el único ingrediente que falta para que una niña agarre una batería o una guitarra eléctrica y ya no se vea como algo extraordinario. Esta es la base para que cuando esa niña sea adulta y siga una carrera musical, no sea menospreciada por pares hombres o por sonidistas, que piensan que por ser mujer no sabe probar sonido. Ayúdenme si saben algo, por favor, los invito a comentar.