Toca soportar: House of Keller hace historia en la Quinta Vergara
Con una estética de colores fuertes y ambientación urbana, el show que sirvió Paloma Mami en la Quinta Vergara, durante la primera noche del Festival de Viña del Mar por casi 50 minutos, fue un recorrido vocal de sus mejores beats y también estuvo acompañado de la casa de voguing chilena House of Keller. En el mismo festival que muchas veces aplaudió Pinochet desde el público, este lunes vimos a mujeres, trans, no binaries y maricas en torno a la música y la performance.
Sobre la Quinta Vergara, Pretty, Jordy, Aisha y Raffaella Keller sorprendieron al público con pasos de vogue femme (uno de los estilos del ballroom), haciendo historia en uno de los escenarios más conservadores que ostenta este país. La familia Keller es liderada por Muva Keller, Mother Pioneer de House of Keller –pionera en Chile en el arte y disciplina del ballroom desde 2015– y Prince Pioneer Tofu Quing Keller.
La cultura ballroom nace en Estados Unidos y se comenzó a masificar en los sesenta, a partir de las prácticas de “balls” en clubes de Harlem en Nueva York, que reunían a la comunidad LGBTQIA+ en torno a la danza y la performance. Estos espacios surgieron como forma de resistencia para personas afroamericanas y latinas que provenían de la marginalidad, y que a través de la expresión del cuerpo, los movimientos o poses de fotos de la revistas de moda, el diseño de vestuario y la creación de vínculos, comenzaron a encontrarse.
Quizás lo más importante de la cultura ballroom sea eso: el entramado de familias que sostenían –y sostienen– figuras o formas de cuidado no tradicionales, estableciendo vínculos que se transforman en verdaderas tribus elegidas o linajes. Una familia con relaciones fundadas en el apoyo mutuo, la transmisión de saberes o incentivo positivos, son contención o son refugio, y para algunes se traducen en un soporte primordial en sus vidas.
Desde la técnica, existe el estilo clásico (old way) y el estilo moderno (new way). El primero consiste en una mayor precisión y geometría de posiciones elegantes, y el segundo se caracteriza por el uso de contorsiones. Además, se encuentra el vogue femme, que deriva del francés, y que se diferencia en que los movimientos tienden a ser más suaves y fluidos, como el catwalk (forma de caminar que incluye manos y piernas), o el duckwalk (forma de caminar en cuclillas también usando manos y avanzando según la música), además de giros y caídas o pasos a nivel de suelo. Cada estilo incluye un duelo entre bailarines, según categorías.
Este tipo de práctica ha sido popularizada y expandida, a través de diversos medios y formatos comunicación, como es posible ver en el documental Paris is burning (1990); en algunos casos tomada por diversas artistas, entre ellas Madonna (Vogue, 1990) –aunque hay opiniones divididas en torno a si es una apropiación o visibilización de esta danza y su cultura–, con series o programas como Pose (2018), Legendary (2020) y por supuesto en las calles o espacios de resistencia. El ballroom y el voguing han encendido chispas de formación de casas en todo el mundo, permitiendo el encuentro de artistas de la comunidad LGBTQIA+ y la fundación de familias y kiki balls (o competencias) locales.
Desde su cuenta de Instagram, Tofu Quing, publicó una foto de sus compañeres en la Quinta Vergara, junto a un texto en que expresa el sentido de su participación en una instancia televisiva como el festival de Viña y su relevancia social. “No solo para ustedes, para muchas personas que se identifican con una figura o vivencia como la de ustedes. Maricas, nbs, trans que vean las plataformas negadas ahora ocupadas”, escribió.
“Quizás pensaron que siendo quienes querían realmente ser iban a perder mucho. Y sí, perdimos mucho. Pero miren lo que ganamos por otro lado. Hay que perder cosas y gente para tener espacio para lo nuevo. Si alguna vez bailaron en el colegio y se rieron por sus movimientos o nadie les fue a ver crean que esto es el porque eso pasó. Porque si no hubo un hermano mayor o un padre aplaudiéndoles su danza, su arte, su expresión estoy yo y siempre estaré siendo su máxima barra brava. Como para aconsejarles, defenderles y protegerles, limpiarles los caminos de la vida e iluminarles cuando necesiten un poco de luz. Uds son la mía. Con tan solo hacer lo que hacen, son mi gasolina. Ojalá verles lejos,en otros países, en otros escenarios, bien pagadas, protegides, a salvo, con comida, ropa y techo. Ojalá eso para muchxs que leen aquí también. Quiero que todxs logremos lo que necesitamos. Ballroom me puso a uds en mi camino por algún motivo. Por algún motivo pasamos las grandes penas juntxs y también las más grandes alegrías. No ibamos a morir solxs siendo trans, maricas y maricones. Nos tenemos”.