Hoy lo que hay es rabia: Sobre nulidad y nuevo juicio de Martín Pradenas

Martín Pradenas Violador. En la cuadra en que vivo hay varios rayados con letras blancas grandes que escriben Martín Pradenas Violador, y con letras más chicas afuera de un colegio se lee Martín Pradenas Violador. Sobre una pared de ladrillos pintada roja se ve solo la palabra violador, el resto de la frase está tapada con afiches, pero quienes pasamos por ahí sabemos que antes estaba grabado su nombre y apellido. Porque si fuera por sentido común, antecedentes hay bastantes.

Desde hace una semana, lo que se estableció en el juicio de clausura en agosto de este año, corre peligro. La defensa de Martín Pradenas presentó un recurso en tribunales para anular la sentencia alegando imparcialidad de Leonel López Labbé –uno de los jueces del caso– por compartir mensajes de terceras personas en sus redes sociales contra Pradenas. 

Este jueves la Corte Suprema dictaminó que la solicitud de la defensa es admisible. 

¿Qué implicancias tiene el actuar del juez? 

La abogada Nicole Henríquez lo explica como “una falta y una negligencia bastante grave en la forma en que lleva a cabo su trabajo, independiente de que hay un consenso social de que Martín Pradenas es violador y que si tiene que estar en la cárcel”. 

Según la abogada, la imparcialidad es fundamental en un Estado de derecho y “estamos todes llamades a defenderla”. 

“Esta vez ocurrió con Pradenas, pero la falta de imparcialidad también se puede dar con otra persona y otro delito, lo hemos visto en causas que tienen que ver con jueces racistas en causas de personas mapuche”, ejemplifica.

¿Qué conlleva la decisión de la Corte Suprema?

Se tiene que volver a desarrollar el juicio con cada parte que eso involucra. Henriquez lo detalla así: “Hay que presentar las pruebas, los peritajes, las víctimas van a tener que volver a declarar, y no sabemos si habrá alguna de ellas que no quiera volver a pasar por algo así, lo que sería entendible”. “Todo se retrotrae al inicio del juicio”, dice.

Revocar la sentencia, no solo trae como consecuencia un gasto administrativo, sino también, y lo más importante, es que determina una exposición emocional de las víctimas y sus familiares, pero también es revictimizante para todas y todes quienes han sido víctimas de abuso. “Además sabemos que el abogado de Martín Pradenas ejerce una defensa revictimizante y contraria a los derechos de las mujeres”, advierte Henríquez.

Si se disminuye o aumenta la condena, es información que surgirá al iniciar el nuevo juicio porque una nueva persona en el rol de juez deberá calificar los hechos. “La Corte Suprema no mencionó nada sobre el fondo, solo de forma y a la conducta inapropiada del juez, pero ciertamente puede cambiar el panorama”. 

Según Henríquez, una forma de reponernos ante esta ilusión de justicia podría ser “fortalecer la labor de las y los jueces”. Es clara: Aquí falló todo, sumado al ego del juez y sus ganas de figurar por su cuenta, y si eso no hubiera pasado hoy día Martín Pradenas estaría cumpliendo su condena”.

Otra vez estamos aquí

En agosto miramos el juicio de clausura contra Martín Pradenas, condenado por siete delitos sexuales a seis víctimas (desde 2010 a 2019), entre ellas Antonia Barra. Era una de las condenas más altas aplicadas históricamente en Chile por delitos sexuales, pero también sentíamos desconfianza. 

Siempre sentimos desconfianza.

En un inicio se esperaba que fueran 41 años de condena, pero le dieron 20 años y Marcela Parra, mamá de Antonia, dijo estar decepcionada de la justicia. 

20 años de cárcel servían, ¿para sopesar la pérdida de la vida de Antonia?

Hoy lo que hay es rabia.

Esta semana la Red de Violencia Contra las Mujeres, junto a la Coordinadora 8M y otras organizaciones feministas convocaron a manifestaciones en el frontis del Palacio de Tribunales en Santiago, en repudio de la nulidad del fallo. 

Lorena Astudillo, de vocera de la Red Chilena contra la Violencia Hacia las Mujeres, destacó en la revictimización: “Nos parece grave que se tenga que revictimizar a siete mujeres que fueron violadas, que fueron acosadas, a las familias de esas mujeres repitiendo completamente el proceso judicial, este es un emplazamiento al Estado chileno y a todas las instituciones de cómo se van a organizar para que una vez anulados los fallos no revictimicen a las mujeres”. 

“No es la primera vez que la Corte Suprema nos da la espalda”, dice Astudillo mientras se escucha de fondo que pague Pradenas y no mi compañera.

”No basta con escribir en un fallo que tienen perspectiva de género porque es letra muerta. Les exigimos que se pongan a la altura, y que no solo lo escriban, si no que lo demuestren”, demanda. 

“Este es un fallo dividido que echa abajo un fallo unánime que había condenado a Martín Pradenas a contrapelo de todas las redes de poder que lo amparan”, enfatiza Alondra Carrillo, vocera de la Coordinadora 8M.

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