FFL s01e18 – Con el cáncer rosa te tiraron a la fosa
En el capítulo de esta semana de Famosa Feminista Local, las estupendas discuten sobre el VIH/SIDA y cómo Chile ha enfrentado social y políticamente esta enfermedad. Además, la bruja del día es Patricia Pérez, activista argentina que fue diagnosticada de VIH en la década de los ochenta. Es cofundadora de ICW Global, la Comunidad Internacional de Mujeres viviendo con VIH/SIDA, única organización internacional dirigida por y a mujeres seropositivas. A continuación, la editorial de la episodia númera 18:
Por años nos han hecho creer que las personas homosexuales estamos destinadas a morir a causa del VIH/SIDA. Desde chicas, tanto la iglesia católica, el sistema escolar, y las familias tradicionales nos han hecho creer que el placer sexual y el autoconocimiento de nuestros cuerpos es algo prohibido e inmoral, que no podemos explorar, que si buscamos divertirnos en la cama con muchas personas, se nos va a pegar el chiste y nos vamos a morir. Que el VIH/SIDA sea un virus que se contagie principalmente a través de esta forma de relación humana sólo ha aumentado en muchos casos el temor de las personas a llevar una vida sexual activa y libre de prejuicios.
Durante la década de los ochenta y principios de los 90, el VIH/SIDA se expandió entre la población colita como una epidemia, muchas de las fuertonas insignes de nuestro país como Pedro Lemebel o Víctor Hugo Robles tuvieron que despedir a un montón de amigos y amigas que caían presos de esta enfermedad, que socialmente era repudiada, y que el sistema de salud no sabía cómo controlar o siquiera prevenir. En un país donde el uso del condón estuvo sujeto al debate hasta hace unos pocos años, que las maricas se murieran de esta triste epidemia era casi una respuesta divina de determinada deidad que, según lo más conservadores, estaba muy preocupada de si al niñito le gustaba o no por el poto.
Cuando por fin nos dimos cuenta de que existía en el mundo un tratamiento que permitía a las personas infectadas no morir de esta enfermedad, el VIH/SIDA comenzó a motivar a un montón de personas a organizarse por sus derechos.
Como dijo el Che de los Gays, el sida en chile en los noventa movilizó conciencias, revoluciones y deseos de transformación del mundo. Porque vivir en Chile con este virus significa cargar un estigma, sufrir discriminación social, porque si hoy las maricas se atreven a decir que son personas que viven con el virus es gracias a grandes compañerxs que se levantaron para exigir respeto a su propia dignidad.
El VIH/SIDA no es una simple condición de salud, es también una forma de control político y social con respecto a nuestros propios cuerpos, es dominación de parte de quienes no quieren que vivamos de forma libre como a nosotras nos gustaría; es una manifestación de los deseos más profundos de una sociedad que busca aplastar e invisibilizar a otro por su simple existencia. No es casualidad que en un principio las personas homosexuales no se atrevieran a contar siquiera a sus familiares que vivían infectadas, y que hoy, años después de su descubrimiento, uno de los grupos más afectados por el virus y que tienen menos acceso a tratamientos son los grupos indígenas, constantemente aplastados y vulnerados por el Estado de Chile en su conjunto.
Hoy, tener VIH/SIDA no significa el fin de la vida de las personas, existe un tratamiento que permite que muchas veces la enfermedad no se manifieste, y es tarea de todas quienes viven con ella dar la cara, visibilizarse y politizarse, porque el miedo ya no puede seguir siendo invalidante.
Aquí comienza Famosa Feminista Local, Episodia 18: Con el cáncer rosa te tiraron a la fosa