Cambiemos la conversación

pot¿Se han dado cuenta que los medios de comunicación siempre se empecinan en encontrar un chileno dentro de las catástrofes, delitos, triunfos o lo que sea que pase fuera de Chile? Bueno, también lo hicieron en el caso de María José Coni y Marina Menegazzo, las mochileras argentinas desaparecidas en Ecuador.

La Segunda en su edición de hoy replicó una entrevista en un medio argentino concedida por Antonio Fica, un mochilero chileno que conoció a estas dos mujeres en la playa y que pasó jornadas con ellas dos y otros amigos. Lo que llama la atención de esta entrevista es la lógica del entrevistado para hablar de las víctimas y el crimen.

Da bronca, porque eran muy controladas. Una <<mina loca>> se toma unos tragos y se va a una disco a buscar huevones (…) Eran muy controladas. Habían chicas que andaban drogadas o borrachas por la ciudad, por eso me extraña que le haya pasado a ellas

Toda la semana leímos cómo las coberturas de la prensa caían en discriminaciones solapadas y argumentos basados en sexismo naturalizado. Que viajaban solas. Que quizás qué andaban haciendo. Hoy nos encontramos con esto. ¿Sería menos aborrecible este crimen si las víctimas hubiesen estado borrachas o drogadas? ¿Nos entristece más porque eran mujeres “controladas”?

Si queremos avanzar hacia el fin de este tipo de crímenes, hacia conseguir la libertad que cada una de nosotras debiera tener para enfrentarse a la esfera pública, también tenemos que analizar y atacar la forma en la que se habla de este tipo de hechos, tanto en los medios de comunicación como en nuestros propios círculos. Nosotras mismas debemos cambiar la conversación, todas juntas.

Repudiamos esta entrevista y su lógica, al igual que todas aquellas publicaciones en las que se valora cómo se ven, cómo actúan o cómo son las mujeres asesinadas. Ningún adjetivo o contexto añade valor, tristeza o aún más gravedad a un ejercicio de violencia brutal como este.

Cambiemos la conversación.