Natural: las narraciones de Bêgné

Por Jose Loschi para Es Mi Fiesta

Pocos tienen la fortuna de publicar su opera prima acompañada con palabras auspiciosas de un escritor consagrado. Este es el caso con Protocolos naturales, debut de Yamila Bêgné (Buenos Aires, 1983) -y además, de la editorial Metalúcida- celebrado en su contratapa nada menos que por Ricardo Piglia, quien define a la joven autora como una voz nueva en la literatura argentina. El lector desconfiado podrá mirar hacia otro lado, o bien quedar a la espera de una comprobación que no llega. Y es que son palabras suficientes para darle un soplo al libro como también para agregarle un peso que no se sabe si podrá sostener. En cualquier caso, es aún muy pronto para situar a Yamila (dejen que por pertenecer a una misma generación la llame así) dentro de un mapa de la literatura nacional.

Lo que es cierto es que los relatos reunidos en esta obra pertenecen a una voz particular. A diferencia de una costumbre actual -y quizás de siempre- en la literatura argentina, la autora descarta el recurso de un habla popular o de grupo con el que se introduce una serie de discursos reconocibles para identificación del lector. En cambio, intenta un modo suyo de nombrar con palabras casi neutras, a veces propias de un vocabulario académico, pero que se despliegan en una combinatoria rica tanto para la descripción como para la poesía. Esto implica un extrañamiento con las cosas que permite abrir el juego para la invención y acercarse a ellas desde otro lugar. En “Archivo fluencia 9.21”, por debajo de las superficies que recorren los instrumentos de precisión geológicos comienza a escucharse una lengua del lecho del río.

Consciente del margen entre lenguaje y mundo, Yamila escribe dentro de ese espacio llevando su tensa relación al centro de estos relatos. Toman acá la forma del protocolo y lo natural. Sus obsesivos personajes parecen tan convencidos de hallar una fórmula que circunscriba aquello que está más allá de lo decible como contrariados por sus propios pensamientos. En “La ocho con cuchillo”, el Individuo dispone de un número de estrategias para enfrentar el día y para impresionar a una chica, cada una con un procedimiento que debe cumplirse hasta el último detalle. En “Minuto encerrado”, se contempla la posibilidad de aislar un minuto de humillación que resuena infinitamente. Desfasados con su exterior más próximo, los personajes de Yamila están siempre en proceso de ajuste a través de postulados que sólo alcanzan un resultado cuando ya no pueden sostener su verdad.

Los protocolos ensayados tocan su límite al desplegarse sobre el campo de las emociones. Allí todo está sujeto al cambio y a las imprecisiones y solo puede ser dicho con exactitud por la poesía. Los mejores momentos de esta primera obra aparecen justamente en este umbral donde se produce el paso hacia lo natural, horizonte próximo pero al que se accede toda vez que se ponga en  juego, como lo hace Yamila, una percepción que –en tanto tal- permanezca abierta al misterio de las cosas.

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Protocolos Naturales – Yamila Bêgné

Editorial Metalúcida

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