Helia Molina y los ridículos furiosos
Porque por supuesto, no podíamos terminar el año sin ridiculeces, hoy el ciberespacio y la casa club conservadora chilena ha puesto el grito en el cielo, a los pies del niñito Jesús recién nacido, por una declaración de Helia Molina, Ministra de Salud, en una entrevista publicada en el diario La Segunda.
En todas las clínicas cuicas de este país muchas de las familias más conservadoras han hecho abortar a sus hijas
Apenas comenzó a dar vuelta esta cuña, los conservadores sacaron el espumante para comenzar a celebrar, además de pedir su renuncia y exigirle que entregue datos concretos (Pepi, empieza a estudiar con Vasco Moulian en el caso de que tengas que hacer otra interpelación. La anterior fue más bacán que el primer capítulo de Refugio Mekano). Y, en el caso de que quieran saber más de abortos en Chile, pueden buscar y leer la investigación que Lidia Casas hizo en 1996 <<Mujeres Procesadas por Aborto>>, por ejemplo.
Aquí es cuando invito a todas mis hermanas y hermanos a sentarnos, tomarnos de las manos, mirar al cielo y gritar ¿por qué demonios son tan hipócritas? Todos sabemos que esto es parte de la realidad de los más de 160 mil abortos clandestinos que se hacen en el país al año. Hagamos una coreografía mientras gritamos AY P-A-R-F-A-V-A-R.
¿Qué les duele tanto? ¿Que se hable de clínicas cuicas? ¿Que se diga que las señoritas de clase alta dan fin a sus embarazos no deseados registrándolos como apendicitis? ¿Cómo se tendría que decir esto? ¿Robar en un país mediante vacíos legales y con guantes blanquitos se ve bien pero no decir algo con claridad para que todos lo entiendan? ¿Se puede ser un pendejo ebrio y matar a un hombre pobre y salir limpio de polvo y paja pero no decir que existen los abortos en clínicas privadas?
A mí me llama la atención que una Ministra de Estado -que para llegar a serlo tiene que estar vinculada desde hace tiempo con elites de poder- diga algo que llevamos años gritando en la calle. Y luego, que venga el Gobierno a desentenderse de los dichos de Molina es, francamente, vergonzoso y muestra el susto que le tienen a los patrones del fundo.
A María Isabel Matamala, Investigadora del Observatorio de Equidad de Género en Salud de la Universidad de Chile, también le sorprende el comportamiento del Gobierno:
No, no me sorprende los dichos de la Ministra por el contrario, sé que ella lo que esta planteando es la realidad de lo que ocurre en Chile. Lo que me sorprende es el desmentido, quitarle el piso a lo que todo el mundo en el ámbito de la salud por lo menos, sabe que es así, que existe y que ha sido así en todos los países hasta que han logrado legalizar el aborto. Entonces, creo que la Ministra ha sido tremendamente transparente en términos de lo que ha planteado
“Fundamentalmente, ello ocurre cuando no existe una legislación que respete los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, por lo tanto, existe en la clandestinidad. Por consiguiente, jamás vas a encontrar cifras estadísticas de evidencia de aquello. Hay estudios en el servicio público de que hay subregistros de los abortos que se realizan (…) es algo que todo el mundo sabe en el ámbito de la salud”, aseguró la investigadora hace algunos momentos en Lo Que Queda del Día, en Radio Cooperativa.
Para la derecha, lo que dice la portada de La Segunda es populista, genera odio y se sienten heridos. Nosotras nos sentimos heridas porque siguen jugando al gallito con un tema central de políticas públicas para las mujeres.
¿Les dolió? Me alegro. No me imagino cómo les va a doler cuando se apruebe esta ley y el aborto deje de ser un tema moral y de diferencias de clase. No me imagino cuánto les va a doler cuando todas las mujeres podamos entrar a un hospital tranquilas para abortar, tal como lo hacen ahora las hijas de empresarios y políticos del país.
Y ¿saben qué más? Me voy a ir a servir una cosita, cantando el coro de esta canción, una pieza pop de una banda de chicas peruana, publicada en los años ochenta. Tiene la letra antiabortista más ridícula coreable del mundo. Me encanta. Se la dedico a todos los hipócritas que prefieren seguir tapando espinillas con bases de maquillaje que cuestan lo mismo que lo que pago en la isapre, por el hecho de estar en edad fértil.