“Emigrantes” de Shaun Tan y el doble lector
Hace un tiempo, pedí Emigrantes (The Arrival) de Shaun Tan por The Book Depository. Además de pasar el dato para que pidan libros por ahí (no te cobran el envío), me pareció una buena excusa para hablar de un autor que cuestiona constantemente la idea de que la literatura infantil sea exclusivamente para niños.
Emigrantes consiste en un libro álbum sin palabras, o una novela gráfica silenciosa. Las imágenes son las encargadas de narrar la historia, por medio de distintas secuencias. Las ilustraciones parecen viejas fotografías color sepia, hechas con lo que parece ser lápiz, dando una cualidad documental al relato. El lenguaje cinematográfico se inmiscuye en el libro álbum sin problemas, para mostrarnos las acciones más pequeñas de los personajes, y al mismo tiempo para usar planos más amplios y grandiosos.
El argumento de Emigrantes trata sobre un hombre anónimo, quien debe abandonar su lugar de origen. No sabemos los motivos, pero acompañamos a este hombre en su viaje. Vemos los objetos seleccionados para llevar en su pequeña maleta. Lo seguimos de cerca en la despedida con su familia, y luego en su viaje en barco. Constantemente, Shaun Tan juega con las perspectivas, al acercarnos a la vida de este hombre y, de alguna forma extraña, imaginarnos sus pensamientos y sensaciones, para luego alejarse y revelarnos la misma suerte de otros hombres y mujeres.
La historia, estructurada en capítulos, narra el encuentro de un hombre con una ciudad desconocida. Desde el comienzo, la obra evita cualquier clasificación con un referente determinado. A medio camino entre lo real y lo surreal, observamos la extrañeza con la que este hombre se relaciona con los seres desconocidos que lo rodean, y cómo distintos elementos, tales como el lenguaje, el transporte y la comida, le son ajenos. Cuando leemos Emigrantes, es inevitable sentir una cercanía con el personaje. Tal como dice Shaun Tan: “Una de las razones fundamentales por las que decidí prescindir del texto fue destacar este principio: el protagonista no puede leer ni comprender nada, así que el lector tampoco debería poder. Además, hay una lógica interna en la que todos los detalles que pueden apreciarse a medida que la historia progresa (cómo funcionan las cosas, etc.) y la ausencia de narrativa escrita parecen invitar a una lectura visual más cercana y mucho más pausada”.
Shaun Tan es catalogado como autor de libros infantiles, particularmente, libros álbum (La cosa perdida, El árbol rojo, entre otros). En general, la teoría sobre literatura infantil señala que existe un doble lector implícito, ya que los textos de este sistema son dirigidos tanto a adultos como a niños. De hecho, en muchas ocasiones los autores dejan claves textuales que van dirigidas a los adultos, quienes deben ser los mediadores entre el niño y el libro (de inmediato pienso en los libros de Anthony Browne). La lectura en los niños y niñas no se ve afectada ante el desconocimiento de estas claves, pero ciertamente el reconocimiento de las mismas enriquece la lectura. De esta manera, los textos de la literatura infantil pertenecen formalmente al sistema de los niños, pero son leídos por un público lector de otro sistema: los adultos.
En la estructura de los textos suelen convivir dos modelos, uno más establecido que el otro. El modelo de los adultos es más sofisticado, y está basado en la distorsión o la parodia de un modelo más establecido. El modelo de los niños es más superficial, y cumple con los requisitos formales, ante todo, para ser parte de la literatura infantil. Esta coexistencia de modelos es posible gracias a la flexibilidad y el alto nivel de impredecibilidad de este sistema. Lo anterior se hace más evidente cuando nos situamos en el libro álbum, producto de la ambigüedad del género. En este sentido, Shaun Taun ha criticado la delimitación comúnmente difundida de que los libros álbum pertenecen y conforman únicamente a la literatura infantil. De acuerdo a su perspectiva, esta es una forma literaria que abarca otros receptores, además del niño, que, en muchas ocasiones, son más relevantes en el proceso de lectura. De hecho, Tan dirá que el lector adulto es el destinatario privilegiado de estos textos, ya que él es quien logra desentrañar algunos significados ocultos.
Emigrantes, catalogada como literatura infantil, nos hace pensar en el lugar del libro álbum en el sistema literario. El lector se involucra en la vida de este personaje, y es capaz de empatizar con su profunda sensación de extrañeza. Las imágenes creadas por Shaun Tan conforman una verdadera obra de arte.