Apuntes de la ficción sobre la realidad: BoJack, el feminista
La nueva temporada BoJack Horseman ilustra el manejo de los medios y la sociedad respecto a la violencia de género, junto con las respuestas del movimiento feminista enfocado en la industria cinematográfica y lo hace basándose en nuestro propio mundo.
Este texto contiene spoilers sobre la quinta temporada de BoJack Horseman.
Entre enero y febrero del 2017, en el transcurso de la clásica temporada de premios del hemisferio norte, en la que se entregan las estatuillas de los Globos de Oro, Oscars, BAFTA y cientos de otras ceremonias, reapareció un nombre que llevaba cerca de diez años fuera del circuito dorado de la industria cinematográfica: Mel Gibson. El actor/director, que se caracteriza por tener un perfil racista y que reconoció en una amenaza telefónica a su novia en 2010 que la había maltratado físicamente, además de desearle que la violaran, estuvo a la cabeza en la dirección y producción de Hacksaw Ridge, película que le valió nominaciones por ambas labores.
Durante el verano boreal de ese mismo año, el equipo de escritores detrás de BoJack Horseman (Netflix) comenzó a escribir lo que sería la quinta temporada de la serie animada que fue estrenada a mitad de septiembre de este 2018. Esto quiere decir que fue pensada después de la reaparición de Gibson y meses antes que se publicaran las denuncias que cientos de mujeres revelaron contra el productor Harvey Weinstein y que provocó una explosión del movimiento #MeToo, este a favor de las mujeres que denuncian públicamente los acosos y abusos que han vivido.
Sin embargo, los medios y la sociedad no se ha puesto a la altura. Tanto en el hemisferio norte del mundo como en Chile, los abusadores continúan impunes cuando se trata de sus trabajos. En el caso Mel Gibson se prolonga hasta la actualidad, ya que hace unos días se confirmó que dirigirá un remake del western The Wild Bunch y Canal 13 recientemente emitió No estoy loca, película de Nicolás López, quien fue denunciado por acoso y abuso sexual en la revista Sábado en julio de este año.
Volviendo a Bojack Horseman, es el cuarto capítulo de esta nueva temporada, llamado Bojack, el feminista, el cual ilustra de manera fiel lo que hoy sucede. Revisemos un poco de la trama: En la primera escena vemos como Vance Waggoner, un actor de Hollywoo, intenta manosear a una policía y cuando es detenido le pregunta a ella si está en sus días y afirma que odia a los judíos, y todo esto queda grabado. Luego, Waggoner aparece en un programa de radio pidiendo disculpas por sus dichos, acompañado de un actor judío al cual le ofrece un papel en su nueva película. En la alfombra roja, unos fotógrafos acusan a Vance de haberle pegado a una prostituta y en su intento por defenderse en televisión, se da a conocer que amenazó a su hija de muerte. Finalmente, el actor anuncia que se retira de la vida pública, hasta que cinco años después, le ofrecen ser parte de la nueva serie en la que actúa Bojack.
A mí parecer, hay tres momentos en este capítulo dirigido por Anne Walker Farrell que ilustran perfectamente la manera en cómo los medios tratan a los abusadores en la industria del cine y la televisión, además de cómo la sociedad es capaz de privilegiar la producción por sobre la dignidad de las víctimas. Todo esto, en una serie animada con animales antropomórficos como protagonistas.
“¿Qué mensaje estarías dando?”
Después que Diane se entera que Vance Waggoner aparecerá en Philbert, la serie que protagonizará BoJack, todos asisten a la ceremonia de los premios Perdony, donde se entregan estatuillas a quienes reciben el perdón de la industria para volver al ruedo. Ahí es donde Diane enfrenta a Princess Caroline preguntándole por qué le ofreció el papel a Waggoner y si tiene en consideración el mensaje que podría enviar. La respuesta de la gata rosada es simple: “Necesitamos a una estrella”.
Tomando en cuenta que el capítulo se basa en el caso de Mel Gibson, una de las situaciones que involucra su retorno a Hollywood no solo se acota a su rol como director. Daddy’s Home 2, estrenada en julio de 2017, contó con Gibson uno de sus roles principales e incluso en Chile se exhibieron comerciales con él promoviendo el uso de la aplicación de la mayor cadena de cines del país. Si una Diane preguntara esto en la vida real, la respuesta no tiene matices. El mensaje pésimo: promueve la impunidad junto con el valor de la producción por sobre cualquier cosa y minimiza los testimonios de las víctimas del acoso y abuso de Gibson, un actor que hoy acumula una riqueza de 425 millones de dólares.
“VICE te nombrará ‘Feminista del Año’”
Luego de un malentendido sobre una mueca que hace BoJack en los Perdony al escuchar el nombre de Vance Waggoner, los medios comienzan a creer que el caballo está en contra de la participación del actor en su serie por sus violentos antecedentes. En un programa, después de afirmar que es malo que alguien ahorque a una mujer, BoJack se adjudica el título de feminista y Diane, como siempre, tiene que llegar al rescate para enseñarle a Horseman el ciclo de los medios y cómo se ha normalizado la violencia de género. Sin embargo, todos los tecnicismos e infografías que prepara para explicarlo no sirven, pero tampoco ve una necesidad urgente: cuando se trata de hablar de feminismo, el estándar no es el mismo para hombres y mujeres.
El 18 de enero de este año, Dylan Farrow apareció en televisión volviendo a confirmar sus acusaciones de abuso sexual contra Woody Allen. El día después, The Guardian publicó una cuña simple del actor Colin Firth donde aseguraba que no volvería a trabajar con él y fin del asunto. No más entrevistas al actor británico, que participó en Magic in the Moongliht en 2014, película de Allen. Una semana antes de la entrevista a Dylan Farrow, Greta Gerwig fue invitada a una conversación online junto al guionista Aaron Sorkin publicada en el New York Times. Una de las preguntas que hace Bruni tiene que ver con el el trato que se le da a quienes son denunciados públicamente dentro de la industria del cine: “¿Trabajará Kevin Spacey de nuevo? ¿Debería? (…) ¿Debería importarnos, recompensar o castigar lo que los artistas hacen más allá de los parámetros de su arte? ¿Debería afectar sus oportunidades? ¿Su recepción?”. Frente a eso, Greta Gerwig tuvo que referirse a su propia experiencia trabajando con Woody Allen en To Rome With Love y habló largamente sobre las conclusiones a las que había llegado después de leer los testimonios que Farrow publicó entre 2014 y 2017. Gerwig tuvo que explicar por qué no trabajaría con Allen de nuevo y cómo todo afectaba sus futuras tomas de decisiones, una reflexión que solo se le demanda a mujeres porque son parte del grupo que hoy exige cambios básicos. ¿Los hombres que trabajaron con Allen? Ahí, bien, gracias.
“Necesitamos a alguien que ves y piensas: ‘Este tipo traerá problemas’”
La principal razón por la cual Vance Wagonner es considerado para co-protagonizar Philbert junto a BoJack es porque Flip McVicker, el creador de Philbert, sugiere que necesitan a alguien que sea malo y peligroso, características que un buen actor podría simular. Pero no, tiene que ser alguien que sea así en la realidad para crear la sensación desde antes del estreno de la serie. La toxicidad masculina es un tema que se extiende durante toda la temporada a través de los hombres de la serie y se muestra cómo esta afecta a las mujeres con las que se relacionan.
Los tradicionales -y aún muy vigentes- estándares de la sociedad hoy en día continúan glorificando las características abusivas de los hombres. Otro caso ajeno a Mel Gibson es Sean Penn, un actor del que se conocen conductas violentas contra sus seguidores y sus parejas, como Madonna. Fue en septiembre de este año que en medio de la promoción de su nueva serie televisiva The First, Penn fue consultado sobre el desarrollo del movimiento #MeToo, a lo cual respondió que tenía un “espíritu para dividir a hombres y mujeres”. Hay muchas cosas sobres las cuáles nos podemos preocupar cuando hablamos de esta nueva ola feminista que busca que no nos maten, violen y que nos respeten en todos los entornos de nuestras vidas, sin embargo, la prensa tiene la gran ocurrencia de acudir a preguntarle a un conocido hombre violento qué opina de algo de lo que no es parte. Obvio, sabiendo cuál va a ser su respuesta, por ser parte del grupo que hoy en día se juzga de alguna manera.