FFL s01 e31- Por un entorno seguro, dejo mi huella en el muro

Esta semana en Famosa Feminista Local, las amigas conversaron con la Brigada de Propaganda Feminista, sobre lo maravilloso que es ser feministas, estar en manada y propagar el mensaje para acabar con las violencias que nos oprimen

La editorial la preparó Valentina, quien junto a Andrea estuvo en los micrófonos. Rucitama en los controles y Gonzalo llevó a la Pésima de la Semana: Carabineros de Chile. Además, La Bruja de esta semana es Tina Modotti, fotógrafa y militante revolucionaria en Mexico, durísima. En la música: Gilda, SUDOR MARIKA y #LaKayros

A continuación, la editorial de este capítulo:

En la tarde del 11 de abril, Lisette Villa supo que no iba a recibir visitas ese día en el centro CREAD Galvarino del Sename, lloró mucho, porque está bien que los niños lloren, porque el Estado y el sistema la violentó constantemente, arrebatándole todo lo que un niño debe tener y vivir. Tras esto, terminó siendo asfixiada por sus cuidadoras.

En la noche del 14 de mayo, Nabila Riffo se encontraba semidesnuda, en medio de alguna de las calles de Coyahique, golpeada, sin sus glóbulos oculares. Fue maltratada en manos de su esposo, quien siempre la violentó, revisándole el teléfono, agrediéndola verbalmente, amenazándola cada vez que salía a la calle.

El 17 de diciembre a las 16:00 hrs, Vicente Vera se encontraba en el jardín de su casa junto a su pareja, en tranquilidad. Pasaron cinco hombres que los comenzaron a insultar, agrediéndolos por ser homosexuales. Vicente, pensando en correr a los tipos se movió unos pasos e intentó asustarlos con un palo, tras eso fue golpeado y acuchillado, ocasionándole la muerte en el Hospital Barros Luco dos horas más tarde.

Al día siguiente, Brandon Hernández Huentecol, fue baleado por un carabinero por la espalda con una escopeta antimotines. Además, recibió 100 perdigones por intentar defender a su hermano menor de la violencia que estaba ejerciendo carabineros al realizarle un control de identidad.

Ninguno de estos actos fue casualidad. Cada uno de los agresores culpables del daño a gente inocente resultan ser la más clara evidencia de como el sistema está construido para que entre los explotados, nos matemos entre nosotros mismos, porque el poder no quiere ensuciarse las manos, mucho menos si es que hay gente dispuesta a ejecutar la violencia inculcada por cada uno de los organismos del Estado, como el sistema educativo represor, que sólo quiere que funcionemos como un número, coartando la libertad desde la jaula de clases.

Pienso en las culpables del caso de Lisette, las imagino forzándola, boca abajo para que dejara de llorar, viendo como se orinaba, como sufría, como no soportaba más que el sistema le arrebatara todo lo que le quedaba, como su vida estaba predestinada por la burocracia de la institución, por la injusticia constante por no nacer en medio de un hogar acomodado, por venir de una familia que vive la violencia del sistema día a día.

No soy capaz de imaginar cómo debe ser no ver el rostro de tus hijos nunca más, porque a un hombre le incomode tu libertad, porque no sea capaz de entender que no eres un objeto de consumo, porque cree que la única forma de solucionar todo es a través de la violencia, de los golpes, de tu muerte.

Imagino a Vicente junto a Henry, su pareja. Los imagino tranquilos un sábado por la tarde arreglando el jardín, regando las plantas, quizás conversando sobre el amor, sobre algo gracioso tras ir a comprar las verduras para la semana. Los veo queriéndose hasta que llegara este grupo de bastardos, enfurecidos por ver gente feliz, por verlos a ellos, agredirlos sin ningún motivo, agredirlos porque la cobardía con la que han vivido toda su vida se desbordó.

Veo al paco con los ojos infectados de rabia, pensando en que SU enemigo es el mapuche, porque eso le dijo el paco jefe que lo violentó y lo humilló en la escuela, eso repiten sus compañeros de trabajo, eso le dice a sus hijos, eso es lo que ve su esposa en la tele. Lo acepta como la única verdad, lo que se mezcla con su disposición para servirle al poder, de entregar su vida al servicio de la violencia, de desvalorar su tiempo, amor y comprensión por creer ser un hijo predilecto de la moral.

Como sociedad y como país, estamos viviendo niveles de agresividad incomprensibles, inaceptables e injustificables. No podemos permitir que esto siga ocurriendo. Desde nuestras trincheras –desde el periodismo, desde la educación, desde la oficina, el colegio- debemos armarnos y luchar contra el estado represor, contra el hombre violentador, contra nuestro paco interno, no podemos permitir que sigan haciendo lo que quieran porque la historia les ha dado ventaja. No podemos permitir estas conductas disimuladas en nuestro cotidiano, estar siempre atentos, en constante deconstrucción, porque “la lucha contra el sistema que nos rodea no es más importante que la lucha contra lo que del sistema tenemos interiorizado”.

Aquí comienza Famosa Feminista Local, Episodia 31: Por un entorno seguro, dejo mi huella en el muro.

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