Chile, por qué odias a la mujer del polerón de Donuts
¿Por qué, hombre chileno, odias a la mujer con el polerón de Donuts? ¿Cuál es el pecado?
¿Es el polerón? ¿Es su cuerpo? ¿Es ella?
¿Qué hace que el uso de un polerón sea leído como una conducta a ser corregida con pico y violación?
Yo pensaba que el acoso era resultado de usar minifalda, o responder al canon de belleza de la sociedad patriarcal. Pero no. El discurso machista estira sus tentáculos a todos lados para reclamar los cuerpos incluso de las mujeres que renuncian a entrar en su juego de reificación.
El odio que surgió en las redes, ¿por qué? ¿Por usar un polerón? ¿Por usarlo y no ser un cuerpo sexualmente deseable para el hombre?, evidencia el machismo y la misoginia que, por un lado, impone la objetivación, y por el otro, castiga al cuerpo.
Porque parece que las mujeres pueden usar la ropa que quieran en tanto sean deseo sexual para los hombres.
Mientras sean “ricas”. Sin embargo, cuando el canon se transgrede, aparece la violencia que castiga a la mujer por no representar el rol que el patriarcado ha designado para ella.
El efecto meme que tuvo la foto de la periodista evidencia la misoginia, la lesbofobia, la gordofobia y los innumerables traumas que tiene Chile con el cuerpo. ¿Por qué la chica del polerón de Donuts no podía ser simplemente una parte más del sindicato, por qué debía señalársele, por qué además se asume que le gustan los hombres, que desea a los hombres, que su ropa debe enfocarse a conseguir hombres?
Parece ser que Chile sufre un severo caso de picocentrismo y heterodeficiencia.
Chile, por favor, hazte ver.
Una persona en Twitter comenta algo, recibe un número ínfimo de likes y RTs. Todos los “hombres chilenos” caen en la definición. Están cuáticas las ciber-feministas en Chile. Y esto lo generalizo en base sólo a una autora que escribe sólo una columna de opinión.
Es más, viendo en Twitter lo que se comenta del dichoso polerón, es más un meta-webeo ( #clásico de #Twitter) que un micromachismo picocéntrico. Toda publicidad es buena publicidad dicen por ahí…y gracias al meta-revuelo que esta columna está armando…más gente está viendo la imagen y dándole más clicks y visitas al super polémico Fahion Statement de la mina.
Romina, mientras pido la hora para hacerme ver…te pido que te relajes. Onda, te fumes un buen par y te relajes. Si Twitter es capaz de generarte cinco párrafos por nada, ni me imagino qué haría Tumblr en ti.
La wna ridícula.
Gracias por tu columna, creo que este tipo de publicaciones aportan mucho a la reflexión.
Está claro que en este caso la periodista de la foto fue castigada por no cumplir con el canon de belleza que impone la sociedad, por no ser ‘el objeto de deseo’.
Si el de la foto hubiera sido un hombre, probablemente alguien hubiera pensado ‘¿ese periodista trabaja para Costa?’ o a lo más un ‘¿no tenía otro polerón para ponerse ese día?, pero esas ideas jamás se hubieran materializado en tweets y en el troleo masivo que recibió la periodista. Si la de la foto hubiera sido una modelo, hubiera sido aprobado que utilizara la ropa que fuera, el troleo hubiera sido reemplazado por comentarios como ‘qué rica la mina del polerón de Costa’.
Si bien estoy de acuerdo con tu columna, creo que no es bueno generalizar, hablar de esa forma de ‘el hombre chileno’. Creo que muchos ni siquiera se enfocaron en la imagen física de la periodista sino que se rieron de ella por unirse al troleo, del que también fue foco otro periodista de la foto. A muchos en internet solo les interesa unirse al troleo y reírse de quien sea. A muchos probablemente no les pasaron por la mente estas ideas, lo lamentable es que varios otros sí actuaron motivados por esa misoginia y ese machismo, que muchas veces tienen aprehendido y lo sacan a relucir en ocasiones como estas, por costumbre, porque ya es parte de ellos y está presente en todo lo que nos rodea, desde que nacimos. Espero que esos hombres que tildan de ‘ridícula’ o ‘feminazi’ a cualquier mujer que se refiere estos temas entiendan eso.