Natalia de LyD fue a la radio y dijo no estar de acuerdo con Las Tesis ¯\_(ツ)_/¯

Sé que a estas alturas, en el 2019, contestarle con argumentos a alguien de Libertad y Desarrollo (LyD) puede ser un esfuerzo estéril, ya que es un grupo pinochetista devenido en “centro de estudios”. Y mientras matan personas en Chile, la policía nos quita los ojos y después de cuarenta días la única respuesta que recibimos desde el gobierno de Sebastián Piñera es más violencia, puede ser que no sirva de mucho. Una rayita en el agua.

Recordemos que LyD fue fundado por Hernán Büchi (ex ministro de Hacienda del dictador entre el ’85 y el ’89, es presidente del consejo directivo de la Universidad del Desarrollo y también ha sido parte del directorio de empresas como Soquimich), Carlos Cáceres (también un Ministro de Hacienda en la dictadura de Pinochet y presidente del Banco Central), Cristián Larroulet (apadrinado por Miguel Kast en la Odeplan desde el ’75, participante del carrete de Chacarillas, asesor Danús en el ministerio de economía hasta el ’82, luego jefe de gabinete de Büchi y actualmente jefe de asesores del gobierno de Piñera) y Luis Larraín (otro asegurado en la Odeplan, asesor de José Piñera cuando era ministro del Trabajo en la dictadura, director de la escuela de ingeniería comercial de la Universidad Andrés Bello y hasta presidente de Cruzados SADP).

Este largo párrafo es solo para entregar un contexto claro: LyD es un bastión del pinochetismo que nunca se fue, aunque nos quisieran hacer creer que sí. Natalia González, invitada al panel del Primer Café en Radio Cooperativa este lunes, es parte de ese universo. Entonces pienso ¿vale la pena redactar tan solo una frase en respuesta a la tamaña burrada que salió de su boca esta mañana?

Y concluyo varias ideas.

En primer lugar, siempre es triste ver a una mujer utilizar una plataforma masiva (ya sabemos cuánto nos cuesta llegar a ellas y amplificar una idea) para desconocer algo tan atroz como la violencia hacia las mujeres, pero también es una gran oportunidad para recordar que las mujeres también podemos ser machistas, negacionistas y opresoras.

Lo único que diré respecto a Natalia y su intervención es que desde el 18 de octubre, sobre todo, he visto cómo se comenta que las personas que apoyan la tiranía del gobierno de Piñera son ignorantes. Que desde ahí salen todas esas palabras como veneno que recibimos todes nosotres. Yo no lo creo. Esta mujer llena de herramientas -que por supuesto también pasó por la Universidad de Chicago- no habla desde la ignorancia, sino desde el miedo que tiene la clase que se ha repartido Chile desde hace cincuenta años y, también, por supuesto, desde la impunidad que se les ha otorgado. Ninguna de las burradas que hemos leído o escuchado estos días en los medios se escapa de eso. La impunidad de hacer, de decir, de callar, de mentir, de violar, de matar.

Bajo ese argumento, es más que obvio que Natalia González no está de acuerdo con la obra de arte que iniciaron Las Tesis y que hicimos nuestra mujeres en todo el mundo. ¿Cómo estar de acuerdo con algo que atenta contra todo lo que ella cree? ¿Con algo que cuestiona todo su mundo?

En ese minuto y medio que usó en la radio, dijo que estaba de acuerdo con “lo artístico”, pero no con que las mujeres mostremos “el torso desnudo” en público, porque no le parece “una forma de confirmar la femeneidad”. Una mujer con tanto posgrado en universidades extranjeras, al parecer, no quiso tomar ramos de feminismos en donde podría haber aprendido sobre cómo en la historia de las mujeres nuestros cuerpos los hemos utilizado como una herramienta artística, política y de denuncia (en la historia oficial somos musas y botines de guerra, quizás esa es solo la que estudió ella).

Es rara también esa declaración, porque muchas de nosotras, sin haber pasado por másters y doctorados sabemos que nuestros cuerpos los podemos utilizar como se nos dé la gana, si la decisión es nuestra (pruébelo Natalia, hacer esa idea carne le entregará más felicidad a su vida). Y por otra parte, le aseguro, señora González, que para lo que menos vamos a desnudarnos en una protesta contra la violencia política y sexual, es para confirmar nuestra “femeneidad” (pongo de nuevo las comillas porque esa palabra la dijo ella, a mí me baja la presión usarla, francamente).

Los medios ¯\_(ツ)_/¯

Bien, esto es un poco complicado, porque desde el 18 de octubre es como si Chile se hubiese tomado un MDMA de muy mala calidad, un pito pateadísimo. Todo lo que pensamos y sentimos, todo lo que vemos venir desde la clase política y empresarial es más de lo mismo, pero en una pésima, pésima volá. El cerco de las violencias se movió kilómetros: la más evidente es la de las policías, porque ahora vemos en todas partes lo que hicieron siempre en Wallmapu todos los gobiernos de Bachelet, Lagos, Frei, Aylwin (qué vergüenza escribirlo ¿no? me imagino que también leerlo).

Y las respuestas de todos los otros actores, en sus violencias, también corrieron el cerco. Esto, en el caso de los medios de comunicación, podría haber sido una oportunidad para estar a la altura, pero sabemos que esa es una idea ingenua, porque los medios de comunicación en Chile pertenecen a las mismas personas que nos han obligado a salir a las calles desde hace cuarenta días. Pertenecen a los que se repartieron Chile hace décadas y, por tanto, a los que no quieren que las cosas cambien.

Ese es el gran motivo por el cual seguimos viendo en los programas periodísticos y en los diarios de circulación nacional a los mismos que hemos visto los treinta años anteriores. Ricardo Lagos ayer mentía en Mesa Central, hablando de muertos en el Metro, con el periodista Iván Valenzuela que no fue capaz de responder. Chile se tomó un pésimo MDMA, porque eso ahora nos alerta, nos enoja, nos indigna, pero ¿cuántos años hemos visto a ministros, ex presidentes, cuicos que fundan centros de investigación y encuestas mintiendo, sin ningún periodista exigiendo la fuente de sus dichos?

Es por eso que no es raro ver en La Tercera del domingo varias páginas dedicadas a Nicolás Eyzaguirre, diagnosticando la crisis chilena. Por los clavos de Cristo, si tan solo ese muchacho hubiese tenido la oportunidad de tomar algún cargo e incidir en los cambios alguna vez en la vida. Tampoco es raro ver, por lo tanto, a diputados y senadores haciendo el diagnóstico de una crisis de la que son culpables en diferentes medios.

¿Por qué le preguntan a los culpables? ¿Por qué le preguntan por soluciones a los que nos han quitado todo? A los que prefieren matarnos antes que dejar de tratarnos como basura. Y en esas dos preguntas anteriores se ubica también la respuesta, porque esto no es Síndrome de Estocolmo. Los que deciden que esas personas aparezcan a doble página o usando los minutos de la televisión, no son los abuelos que trabajan porque la pensión no alcanza, tampoco los estudiantes criminalizados. Los que nunca fuimos parte de su Chile estamos armando grupos con vecinos, con compañeros de trabajo, saliendo a nuestras plazas.

¿Por qué Cooperativa decide, después del 18 de octubre, con personas asesinadas por agentes del Estado, con personas violadas por agentes del Estado, dar minutos al aire a negacionistas y pinochetistas? El cerco de las violencias se movió hace cuarenta días y sería ideal que toda esa credibilidad que ganó el medio dándole cara a la dictadura desde el periodismo, la cuidara ahora también. Sé que LyD es habitual en el Primer Café, pero bueno, quizás sea un buen momento para pensar en el registro que queremos dejar de este período, para las próximas décadas, si es que Chile no se acaba antes.

Natalia esta mañana dijo además: “Cuando hablan de Estado tú me has violentado, creo que es una afirmación muy fuerte que me imagino tendrá algún sustento, me gustaría leer un poco más en qué se sustenta que el Estado las haya violentado, una cosa es la violencia contra las mujeres que entiendo, pero cuando dicen que el estado las ha violentado no lo comprendo”.

Para que le quede claro, entonces, a Natalia, acá un pequeño resumen:

“Hay que tener conciencia de que no es nuevo que cuando las mujeres nos manifestamos recibimos agresiones sexuales por parte de la policía”. Lorena Astudillo, Red Chilena Contra La Violencia Hacia Las Mujeres.

“Es importante decir que las feministas (sobrevivientes) tuvimos que salirnos de las organizaciones de derechos humanos y de los partidos políticos y tuvimos que trabajar desde la autonomía con una perspectiva anticapitalista y feminista. Esa es la línea que hoy posibilita que la violencia política y sexual esté en el tapete. Si nosotras hubiésemos seguido dentro de esas organizaciones seríamos solo un sector, como nos llaman”. Beatriz Bataszew, sobreviviente de violencia política y sexual durante la dictadura de Pinochet y parte del colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes

  • El lesbicidio de Nicole Saavedra. Silvana del Valle, abogada de la familia y miembro de la Red Chilena Contra La Violencia Hacia Las Mujeres, explicó que Víctor Pulgar “cometió violaciones entre el año 2010 y 2014 contra una menor de edad y por ese caso él se encontraba con una orden de aprehensión pendiente en el momento en que comete el delito contra Nicole Saavedra, o a lo menos, en el momento en que estaba siendo buscado por el crimen de Nicole. Sin embargo, si hubiera sido tomado detenido y condenado en su momento o por lo menos con alguna prisión preventiva, no habría cometido el crimen contra Nicole”. 
  • La tristeza es una forma de saber: “Nada es suficiente porque Lucía Pérez murió después de ser violada y torturada a los 16 años. Nada es suficiente porque a Nabila Riffo le sacaron sus ojos. Nada es suficiente porque en Brasil, una quinceañera fue violada por treinta hombres en una cárcel”.
  • Yetsabel Bustos González, 28 años. “Ella habló. Lo denunció. Fue a los Carabineros. Pero no pasó nada. La mató, ese desgraciado, la mató. Y no quiero que se muera. Quiero que ese desgraciado viva, que viva mucho tiempo, que sufra. Que se de cuenta de lo que nos hizo. Que no pueda salir de la cárcel, ni en Navidad. Porque él nos dejó sin nuestra hija para esta Navidad. Que viva las mismas privaciones que nos hizo. Queremos que le den cuarenta años y un día. Eso es lo que pedimos”.
  • La defensa del patriarcado. “Joane Florvil, haitiana en Chile, fue detenida y acusada de abandonar a su hija. Miles de personas la juzgaron por redes sociales, y entre la angustia y la barrera idiomática, falleció. Meses después, resultó que el Quinto Tribunal de Garantía de Santiago decretó que no incurrió en abandono, es decir, que era inocente de lo que se le acusó. “Podemos decir finalmente que la señora Joane Florvil falleció siendo inocente”, manifestó la defensora penal pública Daniela Saba”.

Todo esto, Natalia, es también violencia de Estado. Acá un pequeño sustento, estoy segura que si escribe “Venda Sexy” o “Villa Grimaldi” en su buscador, le aparecerá más información. O si gusta, lea el registro de femicidios de Red Chilena Contra La Violencia Hacia Las Mujeres, que -por sus palabras- entiendo que esa es la violencia hacia las mujeres “que entiende”.¿Cuándo no se entiende? ¿cuando esa violencia no se ejerce dentro del matrimonio? ¿No la entiende cuando son las políticas de Estado las que permiten que nos maten y violen? ¿No la entiende cuando la ejercen carabineros o militares? Quizás no la entiende cuando es su clase la que la ejerce contra todas las demás. Yo creo que sí la entiende, Natalia. Pero aceptarlo, para usted, sería perder. Para nosotras no. Nunca tuvimos nada.

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