Amor o nada

¿ESTÁN BIEN? ¿ALGUIEN QUIERE HACER UNA PREGUNTA? SON UN PÚBLICO MUY SENSIBLE

siemprterno

                                                                                                                                                                                                                                      Love is the law  

Empecé a hacer música a los 25 años y después me di cuentas que hacía música desde los 12 edad a la que asistí por primera vez a un recital.  Mi primer amor fue con la música, mi segundo amor fue el amor por la música y mi tercer amor fue recién un ser humano. Son las nueve de la noche y estoy pensando que me pongo para ir a ver El Siemperterno. Es viernes, dormí poco y lo poco que dormí fue malo. Soñé que me ahogaba, recurrente, y me despertaba cuando finalmente lograba salir del agua. Le pregunto a Sebastián si hace frío y me dice que me lleve una camperita y con el diminutivo marca que hace frío pero tampoco tanto. Me tomo el 15 y avanzo un poco en la novela de Nic Pizzolatto que acaba de aumentar un 30%.

Sebastián va a la feria a comprar el disco y trae dos, quiere que yo también tenga uno.  Me gustaría tener la remera, no esta cara, pero son todos talles grandes. A los pocos minutos nos encontramos con Pablo Hierro que esta con al feria de discos y comentamos los desmanes indies del recital de Los Planetas.  Me doy cuenta que lo que me daba locura, Los Planetas, ahora no me da nada. No me da rechazo, sencillamente no me provoca nada.  De todas maneras creo saber el origen de esa nada que antes, a riesgo de exagerar, era una pequeña multitud de cosas. Me reservo ese origen, no tengo ganas de que alguien piense que es relevante en mi vida cuando no lo es. Lo escucho hablar a Pablo, cada vez me cae mejor.

Al costado del escenario me encuentro con Mauro. Pensé que iba a ver a PK pero no lo diviso entre la gente, tampoco le pregunte si iba. Con Mauro intercambiamos impresiones sobre una editorial que no nos cae muy en gracia. Lo invito a la presentación del libro de un amigo pero él va  aver a Juana Molina. Empieza el recital.

Finalizado el primer tema de El Siempreterno tengo, aproximadamente, diez años menos. Soy la que siempre fui y me retengo ahí, firme, bancando esa parada.  El catalizador de energía,  sexy y violento, que representan la música que hacen Rotman y los suyos es el elixir de la juventud.  Conn tres discos en casi 5 años de azarosa existencia, El Siempreterno supo llenar un espacio vacío en la música, una carencia, una falta. Ese espacio no se habita solo con canciones y recitales, es también un ejemplo de como funcionan las cosas llamadas a pemanecer en la historia: una banda no se inserta en una escena, una banda es su propia escena. La multiplicidad de los proyectos encarados sobre la gente que domina el escenario tienen muchos nombres – Cienfuegos, Los Sedantes, Mimi Maura, Los Fabulosos Cadillacs – pero la matriz es la misma. Del mismo árbol caen las mismas hojas, con las mismas gotas se hace todo un mar y con los mismos acordes vamos a hacer mejor tu vida.

La música me dio un lugar que nadie me había dado nunca. Hoy charlando con José, le conté que empecé a salir de muy chica y no había en esa confesión, no sé que nombre darle, un ánimo canchero. Era sencillamente salir a buscar un lugar para poder ser yo. Ese lugar negado en mi casa, el colegio y calquier otro espacio, lo fue dando la música.  Si entrego tanto corazón cuando voy a ver a El Siempreterno es porque no estoy sola. Siento, con mucha inocencia, que cuando Rotman pergunta si estamos bien, lo hace de verdad.  Creo que le interesa que yo, en un mar de particularidades y gente, este bien. Ese gesto, sumado a la excelencia de las canciones y la calentura con las que se ejecutan, son motivos más que suficientes para seguir. Para seguir viviendo.

Un día estaba medio desalentada y PK me leyó una frase de Rotman que decía y cito de memoria: “Cuando pensás que ya habías hecho todo lo posible, te faltaban diez años más”. Ese día lo llame a Martín y le dije, hagamos otra vez una canción juntos. Y la hicimos. Esa emoción inexplicable de llenar el vacío con nuestras canciones y entender que el silencio es algo atronador y se alivia solo con música.

El nuevo disco de El Siempreterno es fuerte pero suave. También su nombre, Para Siempre, es una promesa. Después de tres discos y una saga de recitales inolvidables finalmente cierta estabilidad ha llegado. ¿Son los proyectos que parten de las ganas y el azar los que prevalecen? No hay que especular en la música, ni en la música ni en la vida. Hay que darse, brindarse, sostener con las letras lo que se siente en el corazón. Articularlo con el cerebro y salir a tocar. No se puede ir contra la propia naturaleza, el escenario convoca y llama. A veces uno se aleja, mira a la distancia, rearma y vuelve. Hay que volver cuando se tiene algo para decir,  hay que volver para siempre.

“Si están acá es porque esta la conocen” y resuena atronador nuestro grito, el que mantiene presente a Ian Curtis, love will tear us apart..again. Repite.

Serguio nos pregunta, ¿le puedo decir Sergio?, si nos estamos bancando bien el recital y le decimos que si.

Sergio dice que somos muy sensibles <3

Voy a crecer y más o menos voy a ser como Mimi Maura. Ricciardi, Sánchez y Minimal, tienen una noche temenda. El tema que más me gusta del disco nuevo es El Secadero, me hace acordar mucho a TTM.  Noto la obsesión de Rotman por el cosmos y las cosas que están en el cielo. Las estrellas, el polvo, etc.  Pienso si ese arco de estrellas y ese polvo somos un poco todos nosotros ¿podríamos, no? Ser un poco polvo de estrellas y dejarnos ir en la noche. Hay gente que es de día, otra genes que es de noche. Para mi quiero la noche, para mi quiero la libertad, para mi quiero la música.

El Siempreterno cierra con “Baba O’Riley”. Que efectivos son los Who. Final de fiesta para todos nosotros, hemos renovado nuestros votos. Nos prometemos vernos en marzo del 2015. Vamos a tener tiempo para extrañarnos y desearnos un poco más, más que antes, más que ahora. En el medio, con el calor que deja en el pecho El Siempreterno, vamos a hacer cosas hermosas y la vamos a regalar. Hay que cuidar los dones que la vida nos da en guarda, no hay que despreciarlos. El que este pensando en claudicar, por favor no lo haga, lo que se hace con el corazón llega.  Sencillamente la gente siempre quiere enamorarse.

DANIEL GIGENA Y HELENA PEREZ BELLAS AHORA SON AMIGOS EN FACEBOOK

libro

Love under will

Hacer una crítica sobre el libro de Daniel Gigena es imposible por dos razones: es mi amigo y lo quiero. La tercer razón posible es que no cuento, tampoco contaré, con las herramientas necesarias para ejercer la crítica literaria.  Esto último no es una excusa ni un pedido de disculpas público, es una descripción de la realidad. Para expandir la vida hay que conocer los límites y también, con todo lo cursi que abiertamente esto puede sonar, hay que dejar entrar a un nuevo amigo.

He tenido un año de desprendimientos brutales en mis vínculos y ha sido mi elección en la mayoría de los casos excepto en uno. La excepción no duele más que el resto, solo tiene un carácter diferente. La mayoría de las personas no tiene plena conciencia del uso de las redes sociales, creen que si pero no. En el arco que va de lo despectivo a la adicción a las mismas, me resuena una idea y tiene que ver con uno de los más grandes comienzos de la literatura: “Historia de Dos Ciudades” de Dickens. Dice así

Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero nada teníamos; íbamos directamente al cielo y nos extraviábamos en el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.

 Al volver a leer esas líneas de Dickens pienso en el libro de Dani. “Estados”, así se llama, es una selección de los estados de facebook de Daniel que hacen feliz a la gente día a día. Las redes sociales son redes de sensibilidad -ya me dijo Martín en su momento que estaban vivas y debía tener cuidado como con todo lo vivo – y siendo una de sus plataformas la escritura, deberían poder llevar consuelo. Ese es, al menos para mí, el sentido y la razón que llevan a  una persona a escribir, brindar consuelo, sosegar el desaliento, intentar colarse en las grietas del dolor ajeno, sanar. Quizás esto último sea mucho pedir, una exigencia desmedida, pero a riesgo de ejercer la pornografía emocional, doy fe que funciona. En el transcurso de este año han sido incontables los días que me desperté llorando y cansada, como si dormir no fuera dormir, fuera haberse deshidratado de tanto llorar y caído en un full coma. Muchos de esos días busqué instintivamente, creo que cuando uno está en el fondo es un animalito, los estados de Daniel. A veces cuando no me alcanzaba uno solo iba para atrás, gastándome el dedo haciendo scroll, con esperanza, mi medicina. Muchos días fueron rescue remedy y Daniel.

No tiene sentido que hable del libro de mi amigo, de mi querido amigo en este espacio. Pero si creo que tiene sentido y es un deber decir que su libro sana. Porque a veces uno no sabe como va a hacer para salir, no entiende que hizo tan mal para estar sufriendo tanto y ya no encuentra en su haber palabras que le hagan justicia al dolor que siente. Cuando eso sucede hay que leer y cuando eso funciona hay que recomendar, lee esto, a mi me cambio la vida, a mi me hizo un bien. Que sea el otro el que vuelva a darnos ese lenguaje. Cuando se rompe el corazón uno se queda sin lenguaje. Con Daniel, fui recuperando las palabras y cuando finalmente nos conocimos me di cuenta, al verlo nada más, que mi miedo más grande, haber perdido la capacidad de querer a alguien, no tenía ya fundamentos. Porque lo vi y lo quise.

Ese día articulé una nueva palabra que no usaba hacía mucho. Amor.

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