Playlist: canciones para hacer ronronear a tu gato
Hoy todo el mundo decía que era el Día Internacional del Gato. Obvio que esto no existe y es uno de esos días inventados porque el internet da para todo, pero filo. Celebremos hueás. Está bien celebrar.
Yo le tuve fobia a los gatos durante 24 años. Si veía uno en la calle, cruzaba a la otra vereda. Ese nivel. Nunca supe por qué, ningún sicólogo freudiano me revisó la cabeza, pero ahí estaba, cómoda con mi fobia. Hasta que conocí a mi gato favorito hasta ahora y lo amo y espero que sea feliz para todas sus vidas de gato que le quedan, porque era lo mejor. Se llama Tomás, es blanco con negro, pesa como nueve kilos -o eso pesaba cuando lo dejé de ver- y fue el mejor ejemplar de la especie con el que pude haberme topado, porque hizo que se me fuera el miedo por completo. O gran parte, al menos.
(En la foto se ve súper enojado, en modo KILLMEPLS, pero no. La verdad es que estaba súper feliz y éramos súper amigos)
Tomás es insuperable porque no rasguñaba ni tampoco actuaba como si todo el mundo fuera su esclavo. Era bacán porque si no quería jugar, no te pescaba no más; pero si quería cariño, se acercaba, te daba cabezazos y se subía al brazo del sillón a mirarte fijo para que lo pescaras. Dejé que incontables veces me amasara con sus patitas acolchadas y también era súper feliz cuando le tocaban la guata. Se estiraba en modo spa y salían corazones por todos lados. La escena terminaba cuando un unicornio nos vomitaba glitter y aparecía Beyoncé cantándonos XO y dándonos un abrazo.
En fin. Gracias Tomás, por ayudarme a superar el miedo. Tengo tus fotos y tus videos guardados. Cuando los veo me haces feliz. Disfruta tu día. Espero que tus tardes tirado en la parra buscando sombra no se acaben jamás y que sigas haciéndole bullying al gato hinchapelotas de tu vecino, ese que tiene cascabel.