Bowie: Master Class de Música

La despedida de David Bowie no podía cerrar sin una cátedra de su música. Nuestra playlist es caprichosa y desordenada, faltan cosas y quizás sobran otras. Pero es lo que entendemos por lo mejor, entre lo mejor, de uno de los músicos más grandes del siglo XX.

Hoy, mientras decidiamos que hacer y que no frente a la partida de Bowie, nos dimos cuenta que repasar su historia era, inexorablemente, volver a revivir la nuestra.

¿Qué nos pasa a los que somos la última generación que vivió el siglo xx? Los que hoy tenemos entre 30 y 35 años. Los últimos que sabemos que es vivir offline, que es buscar discos en disquerías o pedir temas en la radio. Los que esperabamos el estreno de los videos de los ídolos pop en la tele como hoy se espera que suba a youtube.  Los que grababamos en video o en cassette.

Vemos partir a los ídolos, los referentes, los que nos inspiraron o movilizaron. Nos vemos grandes también, reconocemos realmente la condición de mortales. Hacemos un repaso de nuestra historia, de la línea que la marca, la decodifica. Con nombres propios, lugares que fueron derrumados y ya no existen, personas que hoy son extraños, amigos de toda la vida, ex novios, ex novias, carreras a medio hacer, lista de fracasos importante, moderada lista de éxitos.

El diario íntimo de nuestra vida tiene también pedacitos de canciones escritas a mano. Cartitas dedicadas. Apodos como Ziggy fueron posibles y reales. Pedir por favor que nos dejen entrar al cine a ver #Seven y salir para comprar las canciones que compuso Bowie. Bailar en fiestas hasta que era de día y pensar que la vida era una sucesión eterna de felicidad.

Con todo ese combustible que cargamos llegamos al día de hoy. Más o menos fanáticos de Bowie.  Más o menos conocedores a ultranza de los recovqueos de su obra. Pero conocedores de manera inmediata de los guiños de su vestimenta. El que no entró al mundo Bowie por sus discos, entró por el VHS de “Laberinto” que venía con al revista CARAS en un adecuado dorado opaco.

Así que quizás hacer y curar un especial de Bowie tiene que ver con un grupo pequeño de gente hablando de su vida. De su vida atravesada por el proceso de arte. En lo profano de las fiestas del Deseo y en lo sagrado de los vinilos traidos desde New York. De conocerse hace muchos años. De bancarse. De pelearse pero esta todo bien.

Los chicos crecimos. Algunas cosas aprendimos. Otras se fueron en el gesto de ser la Generación X.

Bowie con su aliento y vocación por lo femenino también nos arrojo a nuevos rumbos. A los varones a no temer explorar ese costado femenino, de gliter, de brillos, de catsuit, de rimmel. A las mujeres a remarcar más esos gestos. Las boas, las botas con taco altísimo, el abuso de rouge, el pelo cortado de mil maneras. Si lo hace Bowie ¿por qué estaría mal?

Pero de música…..de música sabemos.

 

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