Fanzina en Es Mi Fiesta: la sangre en imágenes y palabras #2

*Foto de portada por Sofía Oportot

**Como te contábamos hace un tiempo, la diseñadora Vicenta Mendoza se embarcó en un nuevo proyecto. Se trata de Fanzina, una publicación en pequeño formato destinada a publicar diferentes visiones, en diversos estilos, de temas e imaginarios de mujeres. El primer número fue El Período y desde hoy Fanzina tiene su propia sección en la web, en la que compartirá todas las creaciones que escritoras, ilustradoras y fotógrafas enviaron a la convocatoria.

La menopausia
Por Eugenia Prado Bassi, escritora y editora.

¿Y si menopáusica se vuelve insoportable? Horror de bochornos, horror de sequedad, horror de esos fantasmas que se nos pegan a la espalda y atosigan. Horror del envejecimiento y la desidia cuando el corazón se aprieta o a perder los pelos de la cabeza o la denigrante disminución de los mismos y de los púbicos y axilares y más horror, cuando te llenas de pelos en la cara. Horror a que empieces a parecerte físicamente a los hombres. Y a la pérdida de la masa ósea, o de la cintura o de las fibras musculares. Ya pasaron cuatro años sin menstruar. Cero posibilidad. Única solución: óvulos hormonales. «Le devolverán la humedad como si fuera una adolescente». Mucho mejor que el gel o los productos lubricantes que venden por ahí. Y si a las menopáusicas les brilla el pelo, les brilla la piel, les brillan las curvas de mujer que no pierde sus formas, es a causa de las hormonas o de factores genéticos. El proceso irreversible y rotundo. Solución. Ejercicio. Ejercicio. Ejercicio. Sana alimentación y exámenes. Muchos exámenes. Incluida radiografía pulmonar. No + cigarrillos. Y dejarlos sin más y pensar que la vida es bella y que al tercer día del tratamiento, una de tus vidas se desarma. Lista negra para las bipolares. Lee en las indicaciones. ¿Lo resistirán las otras? Tus otras, rebeldes, punzantes, tan ansiosas. Sus lágrimas, sus risas o las crisis nerviosas. Y casi a punto de un infarto, ella se rebela. Stop. Poco antes del brotecillo psicótico. Horror a tener náuseas y a los problemas del sueño; a los cambios de la calentura y a querer reemplazarlo todo, a los estreñimientos y los gases; a los vómitos y los cambios de conducta; horror a la hostilidad o la agitación mental; horror a la imaginación de juegos y fantasmas, y a las inevitables confusiones en medio del tratamiento, y a los pensamientos suicidas cuando el jueguito aquel ya no invade como antes, las veinticuatro horas del día. ¿Ves el peligro? ¿Lo ves? Me dice. Agotado el cuerpo, agotada la mente y aparecen todas, las más inquietas y se deshacen en palabras histéricas. ¡Piénsalo bien! Y si alguno de estos, mis delirios, parecieran interesantes, puedes tomar como tuyo todo lo que sea bello y en todas partes por donde lo encuentres. Esto es todo lo que queda de mí.


Ilustración: Constanza Silva Almarza

Define sororidad
Por Rocío Contreras Gómez @errecontreras

Me acuerdo de mi neceser con un calzón y unas T.H, de nuestros 12 años y tu complicidad. Me acuerdo de que manché mis jeans amarillos en pleno ensayo PSU y tú hiciste de escudo para que yo saliera. Me acuerdo de ese día de universidad en que se me rebalsó el Tampax y cambiamos poleras: la tuya cubría mi deshonra. Me acuerdo que me prestaste una toallita en el gym y yo te devolví la mano en la disco. Me acuerdo cuando estuve con atraso y te conté que había tirado menstruando, dijiste que era poco probable embarazarse así, pero después googleaste “comprar misotrol” y llegaste con papas y una bebida. Algunas veces fui yo. Otras, te tocó a ti. Esa es la regla, toda la sangre en su lugar.


Foto por Laura Aylwin

TDPM
Por Amparo del Carmen Saona Ríos

A los 15 años el psiquiatra me diagnosticó Trastorno de Disforia Premenstrual (TDPM) y me dio a tomar unas pastillas para controlarlo. Brevemente: el TDPM es un Síndrome Premenstrual mucho más largo, con síntomas más intensos y que un pequeño porcentaje de la población que menstrúa lo padece. Según ese psiquiatra, yo pertenezco a ese porcentaje.
A la larga, he llegado a estar de acuerdo con ese diagnóstico, lo que no significa que padecer TDPM me haga una persona más infeliz. Aunque es comparable con una depresión, hoy vivo mis periodos de manera más sensible. Ya no tomo pastillas para “tratarlo” e intento volcar mi malestar emocional en vivencias que enriquezcan mi menstruación y mi vida.

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