El cuerpo de la mujer y lesbiana, entredicho

Por Erika Montecinos Urrea
Ilustración: Supnem

La representación lésbica en los medios, no existe. Así de categórica. Existen las madres lesbianas, la famosa comunicadora lesbiana (que no se define como tal), la lesbiana en la porno… pero la mujer política, activista, lidereza lesbiana, no existe.

Como es tajante esta afirmación, a veces no es necesaria argumentarla. Las razones están a la vista. La palabra lesbiana no se dice, se evita “por todos los medios” (paradójico que no se diga). Esa palabra calificada de soez, vulgar, ofensiva. Y que para sorpresa de muchos y muchas, con un origen literario, místico, hermoso.

Ante este “no nombrar”, el cuerpo de la lesbiana, la diversidad de ellas, es impensable… o se piensa, pero desde la heteronormatividad. A la lesbiana masculina “se le nota mucho”, a la lesbiana femme, “¿en serio erís lesbiana?”, a la lesbiana ni lo uno ni lo otro, “webeá”. Hay siempre una persecución al cuerpo de las mujeres, y sobre todo, a aquellas mujeres que no son del gusto del patriarcado. Porque el patriarcado aportó a la estructura que el cuerpo de las mujeres siempre debe estar entredicho, observado, perseguido, evaluado. Y hasta patologizado.

Soy una lesbiana que quiso cambiar su cuerpo, y hacer lo que quisiera con él, solo porque eso la hace sentirse cómoda. Y hasta eso, desde mis compañeras incluso feministas, es cuestionado. Por eso el cuerpo de las mujeres es perseguido. Demasiado perfecto para brillar. Si decidiste cambiarlo, “te ves mal” ; si decides, aceptarlo, “se dejó estar”… ¿qué es lo que queremos nosotras mismas desde estos cuerpos de mujeres, lesbianos, bi, heteros? ¿Lo que quiere el resto llenito de tanto sistema? O ¿lo que quiero yo sin importar nada? Porque cuando tomo este camino, nuevamente estoy siendo evaluada, juzgada, vapuleada. Es Mi cuerpo, ¿mi decisión?. Y esa frase tan manoseada en estos días de glorias abortistas, cobra mucho sentido cuando en otras esferas, otras situaciones, el cuerpo está en entredicho. Como sea ese cuerpo, siempre estará entredicho.

*Revisa acá y descarga nuestro dossier: Por mí y por todas mis compañeras

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