Es por esto que no me río de tus chistes

Hace algunos días hablé por FaceTime con alguien de mi familia. Eran las 12:30 y yo estaba leyendo en el computador, no me había duchado y no tenía ni una gota de maquillaje. “Chuta, que te ves fea. Me imagino que no esperas así a tu pololo cuando llega a la casa, no vaya a ser que te pateen”. Me dijo en tono de broma. Mi pololo estaba al frente de mí, pero con audífonos, así que no escuchó el comentario. Me enojé, pero como lo que me dijo era “un chiste” simplemente le dije: “está acá y tampoco se ha duchado”.

Hay muchos puntos de mierda en el comentario que -claramente- refuerzan los estereotipos de género. El valor de la mujer medido a partir de su apariencia; la subordinación de la mujer en la relación y el miedo a “que te dejen” si es que no cumples con ciertas condiciones; la idea de que “estaba esperando a mi pololo en la casa”.

Más allá del contenido de este comentario en particular, creo que es importante resaltar que este tipo de observaciones no son casos aislados, sino que son cosas que nos repiten a las mujeres constantemente. No solo tenemos que aguantar que nos paguen menos; que nos griten y acosen en la calle; además, tenemos que soportar chistes y “bromas” de mierda sobre cómo debemos comportarnos para – a lo Trump- ser una “mujer de verdad” .

Me sentí tan frustrada por no haber reaccionado en el momento que le conté a una amiga lo que me había pasado, y ella me dijo: “el otro día una tía me dijo que le hiciera la cama a mi pololo que iba a llegar a pasar las vacaciones con nosotros”.

Lo que más me frustra es que cuando estos comentarios normativos se dan en el contexto de “broma” es mucho más difícil desafiarlos, porque nos da miedo quedar como amargades o porque simplemente el hecho de ser un chiste le da un estatus ambiguo. Los chistes son como un decir sin decir, son afirmaciones de las que después te puedes retractar bajo el pretexto de que “era una broma”. El problema es que los chistes no son solo chistes, sino que también son vehículos de prejuicios y formas de entender el mundo que en última instancia pueden reforzar la desigualdad de género. El humor no es inocente, es también un terreno político, y por lo mismo, es importante que lo consideremos como un espacio más de lucha contra el patriarcado.

View Comments (4)
  • Cosas como esa que mencionas de hacerle la cama a tu pololo, me pasa tan seguido cuando incluso mi suegra y mi mamá me preguntan qué querrá de comer mi marido al almuerzo. Y yo qué sé si somos personas diferentes con gustos diferentes, pero tienen eso metido de que la mujer decide por la familia.

  • son solo cosas reales.. las parejas se aman pero tambien se “cuidan”… eso no significa ser menos sino preocuparse de esos detalles que a tu pareja le van a importar.. porque una relacion es de dos.. si no para eso compras el dildo y nos vimos.. si fuese porque no hay nada que cuidar.. uno se tiraria la tonelada de pedos en la cara de ella sin compasion, total.. ella no va a considerarlo malo.. o va a tapar el water con toallas ensangrentadas .. total.. a el no le va a molestar eso… o mejor no preocuparse del sobrepeso, que eso de la salud y comer sano es una burrada total.. el no tiene porque pensar mal de eso.. y asi seguimos.. eso de las apariencias es para todos.. bola.. es para hombres y mujeres… que basico..

  • Concuerdo, cuando estaba casada, tb mi mama me decia, no le has servido once a tu marido, y resultaba que yo habia llegado recien de un dia agotador de trabajo, y le decia bueno que me sirva el a mi, tenemos los mismos derechos. Mi madre no lo hacia con maldad, es solo que a ella la criaron en ese estereotipo, en cambio yo decidi romper ese molde despues de haber sido maltratada por varios, cosa que en el momento se normaliza. Ahora lo veo desde afuera. Me encantaron los articulos y desde hoy tb me denomino una feminasty, me encanto!!!

  • No tiene que ver con genero, yo tengo absolutamente claro que le gusta a mi pareja, ella tambien

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