Bye Bye, Lesley Gore

Por Sebastián Dyjament

Hay dos canciones en la obra de Lesley Gore que convienen destacar no solo por sus notorios y evidentes méritos artísticos sino por su impacto más allá de lo estrictamente musical.

“It’s My Party” de 1963 es uno de los primeros ejemplos de música pop, cuya temática (el desengaño amoroso de una adolescente en plena fiesta de cumpleaños), orientada al publico femenino, es interpretada por una adolescente de la misma edad que su público, aumentando en mayor medida la identificación inmediata de la audiencia con la historia relatada en la canción. Esta particularidad, sumada a la brillante producción orquestal de Quincy Jones, fue clave para que “It’s My Party” trascienda geografías y épocas y hasta el día de hoy siga teniendo la misma vigencia que hace 52 años atrás.

Versionada hasta el hartazgo por infinidad de artistas en diversos idiomas, una de las últimas interpretaciones que valen destacar es la de Amy Winehouse para el disco tributo a Quincy Jones Q Soul Bossa Nostra. La versión de Winehouse posee una personalidad vigorosa que a su vez refuerza el carácter agridulce de la pieza originaria, dotandola de una nueva emotividad, que es imposible de desligar de la accidentada y trágica vida de la intérprete británica.

Por otro lado, en “You Don’t Own Me”, lanzada unos meses después, Gore aborda la autodeterminación femenina con una literalidad devastadora y sin medias tintas, desde los cuatro primeros versos “You don’t own me / I’m not just one of your many toys / You don’t own me / Don’t say I can’t go with other boys”. “You Don’t Own Me” significó un avance más profundo en esa todavía adolescente de origen judío que no solo reclamaba su derecho a expresar sus emociones abiertamente sino que ahora también daba cuenta de la necesidad de poner límites a los compañeros amorosos autoritarios y dominantes. No es casualidad que otro icono femenino sin muchos pelos en la lengua como Joan Jett haya rescatado este tema para su disco de 1980 “Bad Reputation”.

Con Lesley Gore, se va no solo una de las primeras estrellas pop femeninas que pudo capear con bastante soltura la british invasion de principios de 1963, llegando a cortar singles de ventas multimillonarias, sino que desaparece una de las antecesoras de mujeres como las nombradas Amy Winehouse, Joan Jett y otras como Kathleen Hanna o Courtney Love que lograron pararse en el universo del rock n’roll mostrando un modelo de femeneidad que se permite mostrar fragil y aun asi emanar una imagen de inspiradora fortaleza.

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